Mis niños sueñan con las historias de piratas, así que pensé hacerles sus propios baúles de tesoro. Para eso usé, en un caso, un baulito de madera que estaba en sus últimos días de vida. Lo lijé y lo pinté con motivos piratas y quedó pavorosamente divertido. Para el otro, usé un fichero antiguo que estaba abandonado en el rincón de un closet, en la casa de mis padres. A éste le pegué llaves, piedras, tuercas y cuanto cachureo encontré. Le hice detalles con glitter y quedó precioso.