Segunda oportunidad para un barquito maremoteado

Mi chanchito mayor compró orgullosamente la réplica de un barco chileno en el Patio Bellavista, de esos preciosos que vienen dentro de una botella, y lo guardó celosamente. Pero un día llegó el chanchito más chico,  un destructor en potencia, y le metió un pelotón de plasticina. La historia del barquito pudo haber terminado ahí, peeeeerooooo, en vista de que Chile fue azotado por un terrible maremoto hace ya un año y algo, mi enano guardó el barquito para recordarlo, ya que el pelotón de plasticina parece una ola gigante que lo arrasó todo.