Hace algún tiempo me regalaron unas flores que venían hermosamente dispuestas en una base de madera. Después de que las flores cumplieron su fin, siempre pensé darle algún uso práctico a la base. Y llegó el día. La base famosa se convirtió en un porta cucharones...podría haber sido hasta la base de una lámpara, pero este fue su destino.
Era una base blanca y decidí pintarla, siguiendo el estilo de mis pinturas. Me encanta cómo quedó, y aunque no dejé registro del proceso te dejo la idea.