Primero, reciclé un marco que tenía guardado hacía años.
Busqué una imagen en internet. La verdad es que pude haber creado alguna ilustración, pero como me bajó mi clásico impulso incontrolable de desarrollar la idea y terminarla YA, no pude aguantarme...
Una vez que la encontré, probé algunas letras y formas para imaginar mejor el resultado.
Hice algunas modificaciones en el papel e intervine el dibujo. Esto es optativo obviamente. Tú puedes imprimir la imagen que te guste directamente.
Y listo, lo puse en el marco y lo colgué de la puerta en cuestión.
Cuando quiera cambiar el cuento, repetiré la operación con una nueva idea.