Este mueble lo heredé de mis papás. Me encanta!
Originalmente tenía marquetería, pero se había dañado, así que había tenido ya una renovación. En esa primera ocasión, le saqué la marquetería y lo laqué blanco, pero eso fue hace ya varios años.
Así que había llegado la hora de renovarlo nuevamente.
Mi idea fue bien simple. Agregar un acabo turquesa sobre el blanco y lijarlo al secar, para que dejara ver el color de base y le diera un aspecto más rústico. Al terminar lo barnicé con un tono natural mate para que no se notara, sino sólo para proteger el acabado.
Recuerda sacar las perillas de las puertas y cajones, o al menos cubrirlas con alguna cinta de enmascarar, para que no se arruinen.
Y no olvides usar guantes al pintar y lijar. Yo no lo hice y estuve una semana con las uñas verdes. Mega problema, porque la pintura del mueble no me salía con nada!!